jueves, 8 de mayo de 2014

INTERDIMENSIÓN II

David Narza




Tribulaciones y Penas

"David arrojó el control en el sofá y se levantó con prisa para dirigirse a su cuarto. Las escenas de la película dejaron de tener sentido. Hurgó maquinalmente entre las prendas que colgaban del armario y sacó una ligera muda de ropa. En otra oportunidad se habría detenido un poco más en ese detalle, era meticuloso con lo que vestía, pero ahora carecía de la menor importancia. Trataba de no preocuparse, debía ser una insignificancia. No obstante, su desasosiego iba en aumento. Por otra parte, visitar aquellos lugares era lo que menos le agradaba y más cuando la razón obedecía a alguien tan importante para él. Se detuvo de pronto y se dirigió nuevamente a la sala. Tomó el teléfono celular del sofá y volvió a leer el mensaje: Hola, David. Sara acaba de ser recluida de emergencia en el Hospital de la Provincia.
El mensaje de su cuñada era claro. No había nada que reflejara una mala interpretación de las palabras digitales que lo componían. Realmente algo grave le había ocurrido a Sara. Recordó las veces que se recomendó tener mente positiva ante todo, pero eso no era tan fácil de lograr. De hecho, consideraba que la mente positiva o negativa en nada interfería con los designios de la vida. Podía tenerse mente positiva ante una circunstancia y ocurría lo peor o viceversa. No, nada como ser realista al respecto, y si Sara había sido recluida de emergencia obedecía a una importante razón. ¿Que no daría en aquel momento porque no fuese así?
No llevaba mucho tiempo de noviazgo con Sara, una joven arquitecto que comenzara a trabajar en la empresa hacía poco más de un año. No habría tenido mucho contacto con ella pues la sección de arquitectura estaba dos pisos más arriba que la de los ingenieros, donde él se desempeñaba, y en lo general el trabajo allí poco tenía que ver con la de arquitectura. Pero las circunstancias tenían preparado algo distinto. Un día el jefe de la sección se acercó a su cubículo acompañado de una joven. David pensó que se trataría de alguno de los clientes privilegiados de la empresa, quienes podían disponer por entero de cualquiera de sus ingenieros para poner en práctica las ideas más estrafalarias que solía ocurrírseles.
- Buenos días, David. Ella es Sara, nuestra nueva adquisición.
El jefe dirigió una mirada benévola a la joven y prosiguió con las presentaciones.
- Tengo entendido que es usted quien esta a cargo del plano del edificio Explicer.
- Así es, señor.
- Pues bien, la señorita Sara se encargará del diseño externo de la estructura, por lo cual considero más idóneo que trabaje aquí con usted. No quiero correr riesgos debido a controversias entre arquitectura e ingeniería. Por consiguiente, si no tiene algún inconveniente…
Ya el jefe estaba al tanto de las preferencias laborales de David y una de ellas era la de trabajar sólo. No porque se negase a compartir el trabajo con alguien más sino porque sus eventuales compañeros solían asumir hábitos que no compartía, tales como oír música cuando trabajaban o dedicarse a hablar cuando él estaba pendiente de otra cosa. No obstante, en esta ocasión la joven que acompañaba al jefe se le antojó bastante atractiva y tal vez no le resultase molestosa como los compañeros anteriores.
- Creo que no, señor.
- Muy bien. La dejo en buenas manos. El señor David es uno de los mejores ingenieros de la empresa – dijo el jefe dirigiéndose a la joven.
En los días sucesivos, David y Sara sólo tuvieron centrados en el diseño de la estructura del Explicer. David se había propuesto evitar que su trato con ella trascendiera demasiado, no quería que un exceso de confianza convirtiera a la chica en un pesado compañero. A su vez, la joven se limitaba a hacer la parte que le correspondía del trabajo. Discutían algún punto relacionado con el diseño y luego cada uno se dedicaba a su propio ordenador. Al principio David se sintió cómodo con esta rutina, pero las circunstancias seguían obrando en pos de ellos.
- Bien, señor David – le dijo su jefe otro día - Ha llegado la hora de presentar el proyecto del Explicer a nuestro cliente.
Víctor, el jefe de David era un hombre de unos cincuenta y cinco años, de ojos vivaces y pómulos sobresalientes, cuyo cabello había blanqueado casi completamente por las canas.
- Ya sabe que Macrointer, es una de las compañías más prestigiosas de la ciudad y ha contratado a diversas constructoras para la elaboración del plano de la torre. Es necesario que el nuestro sea el elegido. Ya he revisado su proyecto y no me ha quedado dudas de la excelencia del trabajo, pero no soy yo el que ha de convencer. Verá, he dispuesto que la señorita Sara le acompañe en su presentación. No podemos abordar la ingeniería sin presentar la arquitectura vanguardista del proyecto y nadie mejor que la propia diseñadora para eso. Quiero que se tomen el resto del día y el de mañana para preparar esa presentación.
- Pero si…
- Ya se lo que me dirá: todo lo necesario está aquí. Pero soy de los hombres que piensan que alejarse un poco ayuda a mejorar las ideas. Además ella es nueva en la profesión, quiero que pierda cualquier ápice de temor. Deseo que la haga parte de esto, que sienta que la empresa la tiene muy en cuenta. Invítela a almorzar. Apuesto a que hace mucho que no sale con una chica, bien, esta es su oportunidad. Luego vaya con ella a un lugar tranquilo en el que puedan planear cuidadosamente su presentación. Recuerde, uno de los aspectos más importantes de esto es lo referente a la arquitectura externa. Mis Carrol es sumamente exigente con eso y, por supuesto, nada fácil de persuadir. Bueno, dejo todo el asunto en sus manos.
La joven se sorprendió un poco cuando David le dijo que el trabajo del día continuaría fuera de la oficina. Sin embargo, tomó sus cosas sin hacer una sola pregunta y dejó el cubículo en compañía de David."

 


He aquí un esbozo de INTERDIMENSION II, la segunda entrega de dos libros ambientados en el orden de la ciencia- ficción. Si bien el primero, INTERDIMENSIÓN, se centra en la realidad del planeta tierra y el bajo perfil de la naturaleza humana, matizado con los extraterrestres y ufólogos que protagonizan la trama, este se remite a la muerte y a los misterio del más allá, llevándonos de la mano de David, un joven que ha perdido a su novia y futura esposa, y quien ya no ve más razones para seguir viviendo, en una aventura que pretende explicar las limitaciones de la existencia humana y lo que existe después de la muerte.  En los próximos días estará disponible en Amazon.

INTERDIMENSIÓN

David Narza




"Un Encuentro Cercano

   Maldición. Te dije que te apresuraras con eso – gritó la chica malhumorada – hace una hora que debíamos tener el equipo a punto.
   Hago lo que puedo. No sirvo para este tipo de cosas.
Un hombre algo obeso trastabillaba unos pasos detrás de la muchacha con una cámara en una mano y el engorroso trípode en la otra. Iban subiendo por una pendiente desde cuyo borde se tenía una excelente vista de la planicie que había más adelante. Samantha, una joven de unos veintiocho años, de tez blanca y cabellos rojizos oteaba alrededor con los prismáticos que llevaba colgados del cuello. La luz del sol comenzaba a caer de su cenit y se disponía a recorrer el monótono camino de la tarde.
   Si no estamos allí dentro de los siguientes minutos nos habremos perdido de algo importante – expresó Samantha a viva voz.
   Hemos venido aquí una y otra vez y no hemos visto nada. Bueno, sólo aquel perro perdido. Me pregunto si habrá encontrado su hogar. ¿Sabes? Pienso que pudo haberse escapado de alguna granja cercana o quizás sus dueños condujeron hasta aquí y lo abandonaron. De cualquier forma, no es el mejor tratamiento para un animal.
Samantha observaba el cielo haciendo caso omiso de las murmuraciones de Jorge, su compañero. Continuaron ascendiendo hasta llegar a la cima de la colina. La chica fue la primera en llegar y se detuvo en el borde para dedicarse a inspeccionar el horizonte. Los prismáticos mostraron palmo a palmo el panorama representado por las lejanas montañas que bordeaban aquel extenso paraje árido. En el centro de todo aquello ser observaba un pequeño valle que pretendía ocultarse entre unas escasas colinas que lo habrían hecho invisible desde cualquier otro sitio mas no desde el lugar donde se encontraban ella y Jorge.
   Y también está aquella extraña nube que no terminó siendo otra cosa que una nube. Aparte de eso no hemos visto nada más. ¿Crees que sea buena idea seguir con esto?
Mientras hablaba Jorge hacía esfuerzos por terminar de llegar a la cima con el equipo.
   Oye, puedes renunciar si quieres, pero yo no lo haré sin antes demostrar que mi padre dijo la verdad.
   Pues yo creo que dijo la verdad ¿No te parece suficiente?
   Jorge, Jorge – Samantha se volvió al hombre con aire consolador – No es sólo que tu o mis amigos lo crean, se trata de que su experiencia también sea creída por la opinión pública o al menos por una parte importante de ella.
   Pero tu padre no le dio tanta importancia al asunto. Él sólo contó que vino aquí…
   Y vio ese objeto – atajó la chica.    Y si él vio algo en este lugar significa que este sitio es propicio para ese tipo de cosas.
   Pero ya hemos venido… 
   ¡Maldición! Ya se que hemos venido haciendo esto sin observar nada – estalló Samantha malhumorada    pero mientras más lo hagamos más posibilidades tendremos de ver algo.
   Bien. Si tú lo dices…
Jorge se sentó pesadamente en una roca que había junto al borde y colocó las cosas a un lado. La chica tomó los binoculares una vez más y continuó su minucioso examen. El calor del día se había hecho intolerable aunque era Jorge el único que parecía sentirlo. Sacó un pañuelo y comenzó a secarse el copioso sudor que recorría su enrojecido rostro, sin embargo, sus cuidados no duraron mucho pues la fulminante mirada de Samantha le hizo desistir.
   Está bien, esta bien, ya lo dispongo.
Se levantó tomando el trípode. Dio unos pasos alrededor hasta encontrar el lugar más apropiado para colocarlo y poco después ajustaba la cámara al artilugio. Samantha continuaba concentrada en su observación. Jorge ajustó el visor hacia un lugar cercano al pequeño valle. No obstante, algo llamó su atención. Dejó de manipular la cámara arrobado ante la visión que acababa de aparecer sobre el valle.
   Creo que eso no es una nube – dijo señalando hacia el lugar.
Samantha, que en ese momento observaba hacia otra dirección giró sobre sus talones sobresaltada.
   ¿Que dices? ¿Qué has visto?
Inmediatamente la muchacha enfocó los binoculares hacia el sitio que señalaba Jorge. Contuvo el aliento en el acto. Lo que parecía ser una especie de objeto volador estaba descendiendo sobre la depresión protegida por las colinas.
   ¿Estas grabando eso? – gritó a su compañero desesperada por la emoción. Este se apresuró a ajustar la cámara, pero no tardó en lamentarse con pesar para sus adentros.
   Creo que hay un ligero problema – dijo con desgana.
   ¿Cómo que hay un problema? ¿Qué quieres decir?
   Es sólo que…   me olvidé la memoria en el camión.
   ¿Como se te ocurre olvidarte de algo así, pedazo de tonto?
La muchacha arrojó los binoculares y tomó a Jorge de la camisa en un acceso de ira que difícilmente podría controlar. El hombre hizo lo posible por librarse de las amenazadoras manos que rasgaban su blusa. No obstante, la chica se volvió con violencia y tomó nuevamente los prismáticos para observar la cosa que continuaba descendiendo. Jorge retornó a sentarse sobre la roca para recuperarse del ataque que acababa de sufrir.
   Debemos llegar hasta allí – gritó Samantha apresurada ahora por dejar la colina.
Jorge apenas tuvo tiempo de desinstalar la cámara del trípode antes de que la chica la tomara y se pusiera en marcha a la carrera.
   Vamos, no tenemos todo el día – le gritó."



Tenemos aquí  un fragmento de uno de los capítulos de la novela ya publicada del autor David Narza. Si eres amante del género de los alienígenas, ufólogos y esas cosas, esta es tu novela. Ya se encuentra disponible en Amazon en los siguientes links: INTERDIMENSIÓN (España)